¡ ABAJO EL “ESTADO DE EMERGENCIA”!

  • ¡FUERA TOLEDO, SU PLAN ECONÓMICO NEOLIBERAL Y EL “ACUERDO DE GOBERNABILIDAD” QUE LO SOSTIENE!
  • ¡SOLUCIÓN A LA HUELGA DE MAESTROS, CAMPESINOS Y LAS DEMANDAS POPULARES!
  • ¡PARO NACIONAL Y PLAN DE LUCHA!

    En medio del repudio nacional y el asombro del mundo que tiene fresca en su memoria nuestra lucha contra la dictadura fujimorista y la conquista de los derechos democráticos, el gobierno de Alejandro Toledo ha sacado a las calles los tanques y las tropas y declarado el “estado de emergencia nacional”, constituyéndose en una suerte de dictadura civil.

    Los maestros y los campesinos en lucha contra quienes se ha decretado esta extrema medida represiva, con marchas y movilizaciones contundentes han salido inmediatamente a responder y a enfrentar el “estado de emergencia”, mostrando que la bronca generalizada contra el gobierno de Toledo y la voluntad de acabar con él, no podrá ser silenciado ni detenido por las bombas ni las balas que hoy se disparan contra el pueblo.

    Al final, la historia de los pueblos está hecha de grandes luchas, y así como con peleamos duro para derrotar a la feroz dictadura de Fujimori-Montesinos, así también vamos a quebrar el “estado de emergencia” como en su momento lo hizo el pueblo de Arequipa levantado contra la privatización, y vamos a echar al gobierno de Toledo y a reconquistar la restitución plena de las libertades y los derechos democráticos que hoy se nos conculca.

    La declaración del “estado de emergencia”, es decir la apelación a formas dictatoriales de un gobierno que surgió precisamente de la lucha contra una dictadura, es también la declaración del fracaso total del gobierno de Alejandro Toledo. En menos de dos años el gobierno enfrenta el repudio generalizado del pueblo, carece de todo respaldo, enfrenta múltiples divisiones internas y sólo se sostiene gracias al apoyo que desde el “Acuerdo de Gobernabilidad” le brindan diversos partidos e instituciones que se alinean con su política de sometimiento al imperialismo.

    Una oleada de movilizaciones ha venido sacudiendo al país las últimas dos semanas protagonizada principalmente por 280 mil maestros que han salido masivamente a las calles a reclamar aumentos y otras reivindicaciones. Las calles y plazas del país fueron tomadas por los maestros. Desde cada colegio y el pueblo más remoto han salido los maestros cansados de soportar tanta miseria y demandando el cumplimiento de la promesa presidencial de duplicar sus sueldos. Dos semanas de poderosa huelga magisterial arrinconó al gobierno y logró jalonar a otros sectores a la lucha, como Poder Judicial, trabajadores de Salud y sobre todo campesinos que con huelgas y bloqueos de carreteras configuraron desde el lunes 26 de mayo una virtual paralización nacional que colocó al gobierno toledista al borde del derrumbe.
    Atendiendo las furiosas demandas del empresariado, sus partidos y del propio imperialismo que con toda insistencia han venido demandando firmeza al gobierno para restablecer el “orden”, éste ha recurrido al último recurso que le queda para enfrentar las poderosas protestas populares, aunque eso signifique convertirse en una dictadura negando, incluso, las luchas democráticas que le dieron origen. Y lo hace con el apoyo de los partidos del “Acuerdo de Gobernabilidad” que tanto se llenan la boca a favor de la “democracia”, pero en el fondo se unen cuando se trata de defender la continuidad del plan económico proimperialista. El mismo Apra y su líder Alan García que se oponen de palabra a la medida, en los hechos respaldan la decisión del gobierno. Para mayor descaro, lo hacen en nombre de la “defensa de la democracia”.
    Es decir, siguiendo el ejemplo del genocida Bush que ha desatado una contraofensiva mundial contra los pueblos como último recurso a la crisis profunda del imperialismo, su epígono Toledo pretende sacar el garrote para mantenerse en pie y seguir imponiendo su plan económico neoliberal contra la voluntad de la mayoría nacional.

    La actual crisis descubre el carácter extremadamente limitado y fraudulento de la “democracia” establecida hace tres años. Fue una conquista legítima de la lucha popular, pero en manos de Toledo y los partidos patronales del régimen, ha devenido en una caricatura donde el pueblo vota y el gobierno puede hacer lo que le da la gana, mejor dicho el imperialismo puede imponer los planes y la política de gobierno. Esta no es la democracia por la que luchó el pueblo, una democracia para que los ricos se hagan más ricos, para que el FMI y las transnacionales sigan saqueando al país y para que el pueblo siga condenado a morirse de hambre. Tan falsa es esta democracia que el propio “estado de emergencia” es declarado invocando la Constitución de Fujimori. El gobierno ha tomado como una amenaza directa a su estabilidad incluso el reclamo democrático de algunos sectores políticos y sociales de convocatoria a elecciones a una Asamblea Constituyente para elaborar una nueva Constitución, y a espaldas del pueblo viene “reformando” la Constitución que heredó del fujimorismo.

    Más aún, la decisión de militarizar el país es una respuesta a la absoluta incapacidad del gobierno para cambiar el rumbo de su política económica y su decisión de aferrarse hasta el final a un modelo económico de sumisión y entrega al imperialismo. En dos años, pese a que se muestran cifras de crecimiento económico y se pinta como un “modelo“ en América Latina, los salarios y las necesidades del pueblo siguen siendo envileciéndose desde la época de Fujimori, incluso antes. Los éxitos que muestra el programa económico sólo los reconoce el FMI, que sigue cobrando puntualmente la fraudulenta deuda externa, y las transnacionales que se siguen llenando los bolsillos. Para los trabajadores y el pueblo la respuesta a sus múltiples demandas sigue siendo la misma: “no hay plata”, hay que mantener el sacrosanto “equilibrio fiscal”.

    Por supuesto que no hay ni jamás va a haber plata mientras se siga destinando 2,500 millones de dólares al año al servicio de la deuda externa, y mientras se sigan manteniendo fabulosas exoneraciones tributarias para las transnacionales que le restan más de 1,000 millones de dólares de ingreso al fisco.

    La cerrazón del gobierno con su plan económico es tal que se muestra absolutamente incapaz de poder otorgar un aumento digno a los maestros o a resolver mínimamente cualquier demanda popular como la de los agricultores que exigen se rebaje los impuestos a los productos agrarios. Después de 15 días de una huelga que ha paralizado al país, el gobierno -que para mayor ridiculez se hizo llamar “De la Educación”- apenas puede ofrecer 100 míseros soles (menos de 30 dólares) de aumento a los maestros, y para colmo, burlándose de ellos, pretende darle carácter de bonificación vigente sólo por dos meses y discriminando a los jubilados y administrativos. Esta actitud hacia los maestros y en general el desprecio que muestra con la educación de los hijos del pueblo, revela un profundo compromiso con la privatización de la educación y la liquidación progresiva de la educación pública y gratuita, dentro de la política que impulsa el imperialismo en toda América Latina como parte de su modelo económico neoliberal.

    Nuevamente la lucha por la restitución de los derechos democráticos está en manos del pueblo. Ni la dictadura más feroz ha podido silenciar la lucha legítima del pueblo por sus reivindicaciones, menos lo va a hacer este gobierno producto de la mayor estafa al país. Criminalizando las luchas, enfrentando a sangre y fuego los reclamos de la clase trabajadora en lugar de atenderlos y darles solución, lo que el gobierno está haciendo en definitiva es cavar su propia tumba. Es el camino que optaron Fujimori, De la Rúa y todos los asesinos del pueblo que finalmente terminaron huyendo.

    Los recientes conflictos nos demuestran que la lucha por las reivindicaciones populares (las demandas del magisterio entre ellas) enfrentan la necesidad de derrotar el plan económico proimperialista al que está sometido el gobierno y al que se disciplinan todos los partidos del régimen. El país necesita otro Plan Económico Obrero Popular, que dando prioridad a la educación, salud y bienestar de las mayorías, resuelva suspender el pago de la fraudulenta deuda externa, renacionalice las empresas privatizadas y recupere la soberanía nacional haciendo que la crisis la paguen los más ricos.

    Más aún, esto significa plantearse como tarea de fondo la derrota definitiva del gobierno de Toledo. Después de burlar sus compromisos con el pueblo ahora se ha deslegitimado al suprimir los derechos civiles y erigirse en los hechos en una dictadura de corte civil. ¡Basta de falsas soluciones como los cambios de gabinete o de ministros! ¡Toledo debe irse, con su plan de entrega al imperialismo y su estado de emergencia! Su derrota debe abrir el camino para la construcción del poder obrero y popular en la perspectiva de la conquista por un gobierno de los trabajadores.
    Para llevar adelante esta tarea no basta la voluntad de lucha sino también necesitamos una dirección. La dirigencia nacional de la CGTP y la mayoría de las dirigencias sindicales y populares (entre ellas la dirigencia del Sutep) han devenido obstáculos reales para el desarrollo de la movilización, y con su pacifismo están permitiendo que el gobierno retome la ofensiva contra la clase trabajadora. El rol de la dirigencia de la CGTP es por lo demás de completa claudicación ante el gobierno. En el momento que arreciaba la huelga magisterial era oportuno convocar a un Paro Nacional, para unir la protesta popular y llevar a la derrota definitiva al gobierno, abriendo así el camino a la solución de las demandas de los maestros y del pueblo. Sin embargo, en lo que constituye otra burla contra las bases en lucha, la dirigencia de la CGTP anuncia que “discutirᔠrecién en julio la cuestión del Paro Nacional. Aunque ahora exprese -como saludo a la bandera- su rechazo ante el “estado de emergencia”, en los hechos mantiene su apoyo al gobierno desde su cómodo asiento en el “Acuerdo de Gobernabilidad”.

    Los maestros y la clase trabajadora necesitan una nueva dirección clasista y de combate, que garantice el triunfo de sus luchas, desarrolle su movilización permanente hacia la derrota del gobierno y en la perspectiva de una salida obrera y popular a la crisis del país. Esta dirección no puede ser equivalente a las dirigencias opositoras (como la que surgió en el magisterio de Huancayo) que por sus características sectarias y métodos burocráticos, alientan la división y confusión en las filas de los trabajadores. Necesitamos una dirección que responda a las bases, se coloque consecuentemente al frente de sus luchas y se arme de una perspectiva política y revolucionaria.

    Construir esta dirección es el reto de la hora actual. Luchadores, activistas, núcleos y organizaciones de vanguardia que nos reclamamos revolucionarios, estamos en el deber de dar pasos concretos para materializar un frente o polo que contribuya a desarrollar la movilización obrera y popular, dando una batalla sin cuartel a las direcciones capituladoras para recuperar al Sutep y a los gremios sindicales y populares, para ponerla al servicio de sus auténticos intereses de clase.

    En el momento actual necesitamos rodear de solidaridad a la Huelga Magisterial y a las luchas populares para garantizar su triunfo.
    Hemos echado una feroz dictadura peleando en las calles y vamos a echar a un mentiroso aprendiz de dictador, saliendo a las calles a enfrentar con valentía sus bombas y sus palos, como lo empiezan a hacer los maestros y campesinos.


    ¡VIVA LA LUCHA OBRERA Y POPULAR!
    ¡SIN LUCHAS NO HAY VICTORIA!
    ¡CONSTRUIR, FORJAR EL PODER OBRERO Y POPULAR!

    Lima, Mayo de 2003

    Site do Partido Socialista dos Trabalhadores (Peru)www.geocities.com/pstperu
    e-mail: [email protected]

    Site da Liga Internacional dos Trabalhadores – Quarta Internacional
    www.litci.org