La edición Nº 9 de Marxismo Vivo publicó un articulo de mi autoría titulado: “ Un vendaval oportunista recorre el mundo – Acerca de los caminos de la izquierda“

En ese articulo intentamos dar una explicación a un grave problema que enfrenta la izquierda a nivel mundial: Frecuentemente, dirigentes y organizaciones de izquierda se pasan abiertamente del lado de la burguesía y del imperialismo.

Que dirigentes y organizaciones reformistas colaboren, o capitulen a la burguesía, no es una novedad. La “novedad“, para decirlo de alguna forma, es que este proceso se esté dando, en forma bastante generalizada, a nivel de la organizaciones que se reivindican marxistas revolucionarias.

En nuestra opinión este fenómeno se origina a partir de que el imperialismo americano, en función de su derrota en Viet – Nan en el año 1975, cambió su táctica para enfrentar los procesos revolucionarios. A partir de su derrota, el gobierno de los EE.UU., junto con sus socios europeos, comenzaron a apelar a los mecanismos de la democracia burguesa, como táctica privilegiada, para intentar desviar y derrotar los procesos revolucionarios. Es lo que hemos denominado “reacción democrática“
Esta política le dio al imperialismo importantes resultados. Consiguió desviar, para e camino muerto de la democracia burguesa, a una serie de procesos revolucionarios (especialmente en Centroamérica) y esto lo consiguió atrayendo para su política de “reacción democrática“ a una buena parte de la izquierda reformista y también revolucionaria.

Esta política que fue una respuesta defensiva frente a la derrota de Viet-Nam, se fue transformando en ofensiva. Así bajo las banderas de la “democracia“, en los mas importantes estados obreros del Este europeo, el capitalismo fue restaurado y ese resultado actuó en forma devastadora sobre la conciencia de la izquierda a nivel mundial. Un verdadero “vendaval oportunista“ en muchos casos destruyó, y en otros desfiguró, a centenas de organizaciones revolucionarias que actualmente se han transformado en grupos de opinión o en aparatos electorales y como tales enfrentan, con salidas democráticas burguesas, los procesos revolucionarios en curso.
Para la mayoría de esas organizaciones, la lucha por la dictadura del proletariado, es decir la lucha por la revolución socialista, ha sido abandonada y ella no es recordada ni siquiera en los días de fiesta.

Una historia que se repite

En la actualidad estamos frente a una grave contradicción. Cuando el accionar de las masas se vuelve cada vez mas revolucionario ( Irak, Ecuador, Venezuela, Bolivia, Argentina…) las organizaciones revolucionarias se vuelven cada vez mas reformistas. No es la primera vez que ocurre esto.

En 1915, Lenin, el gran dirigente de la revolución rusa, llegó a la conclusión de que se había abierto una situación revolucionaria en toda Europa. Sin embargo había una profunda contradicción: los grandes partidos marxistas de la Segunda Internacional, que agrupaban y dirigían a millones de trabajadores, cometían posiblemente la mas grande traición de la historia del movimiento obrero. Los jefes de los partidos de la II Internacional decidieron, en la Primera Guerra Mundial interimperialista, marchar detrás de sus respectivas burguesías mandando al campo de batalla a los obreros de los diferentes países a masacrarse entre si.

La comprensión de esta contradicción fue decisiva, para dirigentes como Lenin y Trotsky, para reconstruir el marxismo revolucionario. Lenin dijo: “La II Internacional está muerta“ y poco tiempo después se lanzó a construir la III Internacional.

Los marxistas revolucionarios, en la actualidad, están, salvando las distancias, frente a una tarea similar. Se trata de batallar por reconstruir el marxismo revolucionario destruido por la política de “reacción democrática“ del imperialismo.

Antes que nada los hechos

Todo esto merece una profunda discusión a nivel de las corrientes marxistas revolucionarias. Nuestro anterior artículo -así como este-, tenía ese objetivo. Pues bien el debate ha comenzado. “ Un vendaval oportunista…“ ha merecido una dura y extensa respuesta de Pedro Fuentes, uno de los principales dirigentes del MES (corriente interna del PSOL del Brasil).

En un trabajo titulado “Un artículo que empuja al sectarismo. Una respuesta necesaria a: Un vendaval oportunista recorre el mundo“, el autor nos acusa de crear “…una realidad artificial que nada tiene que ver con los hechos concretos“.

En otras palabras, para Pedro Fuentes nada de anormal ocurre con la izquierda.
Aparentemente para Pedro Fuentes la degeneración completa del Frente Sandinista de Liberación Nacional de Nicaragua, del Frente Farabundo Martí de El Salvador , o los Tupamaros de Uruguay no tiene nada que ver con “los hechos concretos“.

Posiblemente también considere que la degeneración de tantos dirigentes revolucionarios que en los últimos años se pasaron con armas y bagajes para la burguesía no tiene mayor importancia.

En el Brasil, en donde vive y actúa Pedro Fuentes, los cuadros mas importantes del gobierno burgués y proimperialista de Lula, hasta hace algunos años atrás, hacían parte de la izquierda revolucionaria.

El ex guerrillero Genoino, actual presidente del PT, era, junto con el ministro de Educación, Tarso Genro, uno de los máximos dirigentes del PRC (Partido Revolucionario Comunista) una ruptura por la izquierda del PC do B.

El actual ministro de la Reforma Agraria, Miguel Rosetto, hace parte del Secretariado Unificado de la IV Internacional. Los ministros Palocci y Gushiken hacían parte de la OSI, la sección brasilera del CORQUI (Lambertismo). En Venezuela, uno de los principales dirigentes de la izquierda revolucionaria, Alberto Franceschi, que llegó a ser uno de los máximos dirigentes de la LIT, se transformó en uno de los mas importantes dirigentes de la burguesía golpista .
En Colombia, dos de los mas importantes dirigentes de la izquierda revolucionaria, Camilo Gonzalez y Kemel Jorge se han transformado en importantes dirigentes de sendos partidos burgueses. En Bolivia, Pablo Solón, que fuera uno de los dirigentes trotskistas mas destacados del país, hoy es uno de los principales asesores de Evo Morales, el máximo dirigente del MAS, el partido que está sosteniendo al gobierno de Mesa.

También en Bolivia el histórico dirigente trotskista de los mineros, Filemón Escobar, recientemente se autocriticó públicamente por no haber apoyado en el pasado al gobierno burgués del General Torres.

El MAS argentino, que era la mas importante organización de la LIT y el partido trotskista mas grande del mundo, se convirtió en un gran aparato electoral cosa que lo llevó a su destrucción. Como ejemplo de esto durante la seminsurrección en la ciudad de Rosario (el “Rosariazo“) la dirección ordenó a sus militantes cerrar sus locales para no colocar en riesgo la “legalidad“del partido, de la misma forma cuando un grupo guerrillero asaltó el cuartel de La Tablada y fueron masacrados por los militares, la dirección del MAS fue a entregarle flores…a los militares asesinos.

La LCR francesa, una de las organizaciones trotskistas mas grandes del mundo, en su último congreso, decidió abandonar el régimen centralista democrático y la lucha por la dictadura del proletariado. Es decir, se legalizaron como una organización reformista. Recordemos al respecto la afirmación de Trotsky: “Nuestro programa se resume en tres palabras: dictadura del proletariado“

En Portugal, la LSR (la sección del SU en ese país) y el Bloque de Izquierda de cual hace parte, durante el conflicto del Timor Este “exigían“ a la ONU que mandara tropas a invadir ese país. Por su parte el PST del Timor, una organización que se reivindica trotskista , no se conformó con eso. Una vez que las tropas invadieron se integró al gobierno provisorio montado por la ONU. Poco tiempo después su principal dirigente participó en una conferencia internacional organizada por el DSP de Australia y lejos de ser expulsado del plenario, fue recibido por los delegados de mas de 50 organizaciones, que se reivindican marxistas revolucionarias, con una ovación.

Podríamos colocar centenas e ejemplos mas y en todos ellos veríamos el mismo problema: la mayoría de las organizaciones que hacían parte del marxismo revolucionario han abandonado la lucha por la dictadura del proletariado, es decir la lucha por la revolución socialista y están profundamente adaptadas a los regímenes democráticos burgueses de sus respectivos países o caminan en esa dirección.

No solo los reformistas

En su largo artículo Pedro Fuentes no dice una palabra de lo que está ocurriendo con la izquierda. Sólo en una línea de su extenso texto dice que a partir de la restauración del capitalismo y de la ofensiva neoliberal “…hubo un giro a la derecha de las direcciones reformistas“ Es decir para Pedro Fuentes, el problema se ha limitado a la izquierda reformista. Vamos a suponer que el tiene razón. Vamos a suponer que la derechización no llegó a las corrientes revolucionarias, sólo a las corrientes reformistas . Si fuese así el enorme foso que separa a los revolucionarios de los reformistas se habría ampliado aún mas. ¿Pero como explicar entonces que la amplia mayoría de las organizaciones “revolucionarias“ estén defendiendo, como estrategia, la unidad con los reformistas por medio de los llamados “partidos anticapitalistas“ del cual el PSOL es su expresión brasilera?

Para que esto ocurra sólo existen dos posibles alternativas o los reformistas se hicieron revolucionarios o los revolucionarios se hicieron reformistas, o están en camino a serlo. Por los hechos, y los programas, nos inclinamos a pensar que se dio la última variante.

¿El PSTU y la LIT están a salvo del aluvión oportunista?

Para Pedro Fuentes todos nuestros razonamientos tendrían un objetivo: mostrar que las únicas organizaciones revolucionarias que existen son el PSTU en el Brasil y la LIT a escala internacional (“…el artículo hace un clásico razonamiento utilizado por organizaciones que proclaman que “los únicos revolucionarios somos nosotros y…las demás corrientes revolucionarias son todas oportunistas, reformistas, etc“)
Este argumento merece una explicación. Nosotros nunca dijimos que ese vendaval oportunista arrasó a toda la izquierda menos a la LIT y al PSTU. Nunca podríamos decir eso porque nuestra corriente internacional, la LIT, fue destruida por ese vendaval oportunista y si hoy estamos intentando encontrar las causas de esta destrucción es justamente porque estamos en plena batalla por su reconstrucción. En ese sentido no podemos menos que lamentar que Pedro Fuentes, ex militante de la LIT, no se sume a esa batalla o, como mínimo, intente reflexionar sobre lo ocurrido.

Lo reversible y lo irreversible

Para intentar demostrar nuestro “sectarismo“ Pedro Fuentes afirma que nosotros estaríamos diciendo que este movimiento de derechización es “irreversible“.

Nosotros no decimos eso. Lo que nosotros si decimos es que la “…generación de ex revolucionarios, representada por los Dirceus, Genoinos ou Paloccis, es una generación de dirigentes definitivamente perdida para la revolución“. Y decimos esto porque “…el marxismo, con mucha razón, nos enseñó que ninguna clase o sector social renuncia a sus privilegios.“ Aquí no estamos hablando de individuos, tampoco estamos hablando de confusión ideológica. Estamos hablando de un nuevo sector social, de miles de ex – revolucionarios, que comenzaron capitulando ideológicamente a la democracia burguesa , y hoy, gracias a sus cargos, son un sector privilegiado, materialmente, de la sociedad.

Lo anterior no significa decir que el proceso de derechización en las organizaciones marxistas revolucionarias es un procesos irreversible. Como siempre ha ocurrido la lucha de clases va a actuar sobre esas organizaciones.

Lo que es prácticamente imposible es que esas organizaciones, en especial las que desde hace años dependen materialmente del parlamento o de cargos en los gobiernos burgueses, se reorienten de conjunto en dirección a la revolución. Por ejemplo es prácticamente imposible que el SU, en su conjunto, deje de ser reformista y vuelva a ser revolucionario, lo que no quiere decir que importantes sectores del SU no lo puedan sufrir esa transformación.

Va a haber (ya está habiendo) crisis, rupturas, unificaciones, procesos de reorganización. El debate que estamos haciendo está justamente al servicio de una tarea estratégica que, evidentemente, no es sólo nuestra: la reconstrucción del marxismo revolucionario que para nosotros, y esto también es un debate, es la reconstrucción de la IV Internacional.

La situación mundial y la construcción del partido

En su texto de polémica Pedro Fuentes aborda otros temas. Entre ellos la cuestión de la situación de la lucha de clases a nivel mundial.

Pedro nos crítica porque decimos que hay una “situación revolucionaria“ a nivel mundial. Mas aún señala que LIT, dirigida por Moreno , también se equivocó, en la década del 80 al afirmar que se vivía, en ese momento, una situación revolucionaria.

Este es un tema sumamente polémico. Muchos de nuestros camaradas y amigos tienen dudas, o directamente están en contra de esta definición. Hay otros que ni siquiera ven la utilidad que tiene una definición de este tipo. Pedro también está en contra. Pero las razones que lo lleva a polemizar con esta categoría son otras. Por eso en su texto, después de criticarnos duramente, porque según el queremos “…ganar a esa vanguardia para el partido y resolver así el problema de la dirección revolucionaria“ señala: “…esta posición de los compañeros está vinculada a la caracterización que su organización sustenta de que se vive una situación revolucionaria a nivel mundial“.

La discusión es profunda, porque si se lee con atención su texto se podrá ver que su crítica no se limita decir que somos autoproclamatorios (crítica que evidentemente no compartimos) sino que nos crítica porque, en función de nuestra opinión de que hay una situación revolucionaria a nivel mundial, estamos llamando, en forma abierta, a construir partidos revolucionarios. Pedro opina que no hay que hacer eso ya que “…se ha abierto un espacio para la construcción de alternativas políticas anticapitalistas radicales adonde los revolucionarios tengan un peso decisivo“

El nombre es muy bonito “alternativas políticas anticapitalistas radicales“ pero: ¿Qué tipo de organizaciones son esas? ¿Son partidos revolucionarios, es decir bolcheviques? Evidentemente no, porque los revolucionarios, según el propio Pedro, serían sólo un sector. ¿Y quienes serían los otros sectores, no revolucionarios? Sólo pueden ser reformistas y centristas. Entonces de lo que se trataría es de construir partidos que agrupen a revolucionarios, centristas y reformistas. ¿Pero podrán los reformistas y centristas agruparse en torno a un programa revolucionario? Eso es imposible. Nunca ocurrió en la historia. Esta unidad, sólo es posible, sobre la base de un programa reformista.

Lo que Pedro Fuentes no deja claro en su texto es por que, si los revolucionarios tendrían un peso “decisivo“ (es decir son los que deciden) esas “alternativas políticas“ no tendrían como objetivo transformarse en partidos revolucionarios. La única explicación que se desprende del texto de Pedro es que sería un error hacer esto porque la situación mundial no sería revolucionaria. Es decir Pedro estaría defendiendo una nuevo criterio de construir partidos. Para el los partidos no se construyen en función de las tareas históricas, sino en función de la relaciones de fuerzas coyunturales. Si el fuese consecuente tendría que hacer una durísima crítica a Trotsky, que fundo la IV Internacional en 1938, es decir uno de los periodos mas reaccionarios de la historia de la lucha de clases.

No es por casualidad que sobre este tema Pedro Fuentes utilice como referencia teórica a Aníbal Ramos, un dirigente trotskista español que en los últimos años llegó a la conclusión que había que construir partidos que uniese a los revolucionarios con los reformistas “honestos“. El fue consecuente, entró a Izquierda Unida, un aparato electoral ultrareformista, no para intentar destruirlo desde adentro sino para construirlo lealmente y así lo hizo hasta el último día de su vida.

Anibal Ramos es una de las máximas expresiones de lo que significó el vendaval oportunista al que ya nos hemos referido. El era dirigente de un pequeño grupo, ultrasectario, el POR, que llegó a autoproclamar la reconstrucción de la IV Internacional. Sin embargo eso no le impidió ser arrastrado para el mas completo oportunismo.

Aníbal Ramos intentó justificar su vergonzosa capitulación a la dirección de Izquierda Unida, con el argumento de la situación mundial no era revolucionaria. La “prueba“ que presentó es utilizada también por Pedro en su texto:“ una situación mundial de este tipo con todas las corrientes traicionando era una irrealidad…“

Sin saberlo, Aníbal Ramos (y también Pedro Fuentes) estaba haciendo una crítica demoledora a Lenin ya que este definió que había una situación revolucionaria en toda Europa en 1915, es decir en el mismo momento que se estaban cometiendo la mas grande traición a la clase obrera por casi el conjunto de las direcciones políticas y sindicales.“ Según el criterio de Aníbal Ramos esta definición de Lenin era una “irrealidad“. Sin embargo los hechos posteriores (revolución rusa, alemana, húngara etc)le dieron la razón a Lenin, y no a Anibal Ramos

¿Cual es la política central del imperialismo?

En nuestro texto decimos que con su política de “reacción democrática“ el imperialismo consiguió corromper políticamente, y en muchos casos también materialmente, a la mayoría de los dirigentes y organizaciones de la izquierda reformista y revolucionaria.

Hemos presentado varias pruebas de lo que decimos. Podrimos presentar 100, 200, 300 pruebas mas.

Pedro Fuentes nos responde diciendo que “…en el afán de explicar la capitulación de toda la izquierda el texto olvida la política militarista del imperialismo hegemónico“ y da como ejemplo, entre otros, a la invasión a Irak y en relación a América Latina habla de la “…sistemática política golpista hacia Venezuela, en donde si bien fue derrotado su primer intento de golpe, continua actuando a favor de la desestabilización política para crear nuevas condiciones para el golpe o incluso una intervención militar latinoamericana“ y después concluye: “ No jerarquizar este problema, despreciar la política agresiva y militarista del imperialismo, termina conduciendo al oportunismo de no tener como eje la derrota del imperialismo en países como Venezuela. Así, el ultraizquierdimo en el análisis se transforma en oportunismo en la política.“

En el box y en el fútbol se dice que “no hay mejor forma de defenderse que atacando“ y este parece ser el método adoptado por Pedro Fuentes. En lugar de responder a lo que nosotros decimos sobre la izquierda el nos acusa de no combatir al imperialismo.

El tienen razón al decir que en nuestro texto no hablamos de Irak, de Colombia, de la movilizaciones antiguerra, de Venezuela, de Haití de la misma forma que no hablamos de una cantidad enorme de otros temas importantísimos No hablamos de esas cosas, en este texto, porque con el sólo se pretendíamos analizar “los caminos de la izquierda“ pero si Pedro Fuentes se tomase el trabajo de analizar los materiales de la LIT y el PSTU y, lo que es mas importante, el accionar de ambas organizaciones, le va a resultar bastante difícil decir que somos oportunistas porque no tenemos “como eje la derrota del imperialismo“. Esta acusación es directamente ridícula, y no habla muy favor sobre la seriedad de nuestro severo crítico. De cualquier manera, ya que el entró en esta discusión sobre el “militarismo de los EE.UU. es necesario hacer algunas precisiones.

Nosotros, desde la LIT y el PSTU, nunca hemos dicho que no existe una ofensiva militar de los EE.UU. Mas aún hemos dicho, y repetido hasta el cansancio, que a partir del 11 de septiembre esa ofensiva se amplió, cualitativamente, en función de la desaparición del “síndrome de Viet-Nam“ en la población de os EE.UU. Ahí esta la ocupación Afganistán y de Irak como testimonio de lo que afirmamos. Pero lo que si decimos es que el imperialismo continua priorizando su política de reacción democrática, especialmente ahora, que está recibiendo una paliza de proporciones en Irak y esto vale para América Latina e inclusive para Venezuela.

Pedro Fuentes tiene una opinión opuesta: el imperialismo estaría preparando un nuevo golpe en Venezuela y “una intervención militar latinoamericana“.

La relación de los EE.UU. con Venezuela aún no se ha clarificado. Pero todo indica que a partir del plebiscito, que es un típico mecanismo democrático burgués impuesto por el imperialismo, hay una tendencia a llegar a mayores acuerdos del imperialismo con el gobierno Chávez. Ya lo de la intervención militar de los EE.UU., en el conjunto de América Latina, no pasa de un disparate.

¿Por qué el imperialismo invadiría el Brasil, si tiene el control total del gobierno Lula, de la oposición burguesa y del parlamento? Lo mismo podríamos decir de Argentina, Chile, México, Ecuador, Uruguay, Paraguay, Perú, Bolivia, El Salvador, Nicaragua…

No es la primera vez que escuchamos este tipo de “errores“ de caracterización en nuestro continente. Los Partidos Comunistas, durante años, en todos nuestros países
agitaron el peligro de golpes, o invasiones inexistentes, para defender las instituciones de la democracia burguesa, que no estaban, en ese momento, amenazadas por golpes o invasiones sino por la lucha revolucionaria de los trabajadores. Los análisis y caracterizaciones de Pedro van en la misma dirección. Por que si fuese verdad que estamos frente a un peligro real de invasión del imperialismo al conjunto de América Latina tendríamos que hacer un llamado a una movilización conjunto en defensa, no sólo de los trabajadores, sino de las instituciones de la democracia burguesa amenazadas por la invasión militar imperialista. Pero como la intervención militar de los EE.UU. no es lo que está planteada en nuestros países no se trata de llamar a acciones conjuntas con los gobiernos y parlamentos coloniales sino de llamar a acciones conjuntas de los trabajadores y el pueblo para derrumbar a esos gobiernos y a esos parlamentos coloniales que son los verdaderos ejecutores de los planes colonizadores del imperialismo. Por otra parte es eso lo que los trabajadores de América Latina están haciendo.

¿Que hacer frente a las revoluciones?

Pedro Fuentes dice, una y otra vez, que no hay una situación revolucionaria a nivel mundial sin embargo no pude dejar de reconocer que, en varios países, se han dado revoluciones: “En nuestro continente, el ascenso de la lucha de clases ha producido movimientos revolucionarios e incluso revoluciones ( de los cuales el Argentinazo, la insurrección boliviana y la derrota del golpe en Venezuela han sido las mas notables)“ Este es un punto de acuerdo. Partiendo de este acuerdo queda por discutir : ¿Que tienen que hacer los revolucionarios frente a esas revoluciones?
En nuestro texto “Un aluvión oportunista…“ nosotros decimos que “…la amplia mayoría de la izquierda revolucionaria (o ex revolucionaria) sacó una conclusión fundamental: la clase obrera no podía, o no debía tomar el poder…Sin embargo, a pesar de que se niegan a luchar por el poder, el problema del poder se pone, en mas de una oportunidad, al orden del día. Ecuador, Argentina, Bolivia…ponen a estos sectores en la obligación de dar una respuesta en este terreno. Sólo que, coherentes con su estrategia, nunca es una respuesta de clase, siempre es el terreno del régimen: elecciones o, en la mejor de las hipótesis, elecciones para Asamblea Constituyente“

Pedro Fuentes, en su extenso texto, no dice una palabra sobre nuestra pesada acusación contra la mayoría de a izquierda revolucionaria. No dice si es verdad, o mentira, que esa izquierda “revolucionaria“, frente a las revoluciones, se niegan a luchar por el poder de la clase obrera. Pero Pedro no es omiso en este debate. El entra en la discusión diciendo que tanto la LIT como el PSTU “..desprecian cualquier planteo de defensa de libertades democráticas y, según su posición, levantar en una situación de crisis o ofensiva de las masas la consigna de Asamblea Constituyente es una traición o capitulación “

Estas afirmaciones tienen un intento deliberado de confundir la discusión. En primer lugar, es una completa falsedad decir despreciamos “cualquier planteo de defensa de libertades democráticas“. Las consignas y tareas democráticas tienen una importancia crucial antes de la toma del poder por los trabajadores, durante la toma del poder y después de la toma del poder. En estos momentos, por ejemplo, estamos desarrollando una campaña internacional, de carácter democrático, a favor de la libertad de los presos de Caleta Olivia en el sur argentino. Lo que nosotros decimos es que frente a las revoluciones, los revolucionarios, para merecer el nombre de tales, tienen la obligación de luchar por el poder de la clase obrera y, si en lugar de hacer eso, luchan por una salida burguesa, como por ejemplo, la convocatoria a una Asamblea Constituyente, están cometiendo una traición. Pero es errado decir que estas son “nuestras posiciones “. Pedro sabe muy bien que estas eran las posiciones de Nahuel Moreno elaboradas a partir de las posiciones de

Lenin y Trotsky

En determinadas circunstancias, en un proceso revolucionario, puede ser necesario levantar la consigna de Asamblea Constituyente, pero está siempre debe estar subordinada a la lucha por el poder de la clase obrera. Esto es lo que ocurrió durante la Revolución Rusa. No fue por casualidad que los bolcheviques primero tomaron el poder y después convocaron las elecciones para la Asamblea Constituyente. Tampoco fue por casualidad que el gobierno de los Soviet disolvió la Asamblea Constituyente en su primera sesión.

En muchas polémicas, por ejemplo con el PO de Argentina, estos dicen que durante la Revolución Russa, para los bolcheviques la consigna de Asamblea Constituyente era central. Eso no es verdad. Esa era la posición del ala derecha del Partido Bolchevique encabezada por Kamenev y Zinoviev pero esta posición fue derrotada por la mayoría encabezada por Lenin, por eso se tomó el poder, sino hubiese sido imposible.

¿Pero cual es entonces la estrategia de Pedro Fuentes para enfrentar los procesos revolucionarios? Veamos en sus propias palabras:“Estas consignas (las democráticas) son parte esencial de un sistema de ruptura con el capitalismo porque no hay formas de ampliar la democracia burguesa si no es mediante una fuerte movilización que choque contra las actuales instituciones burguesas…“

Es decir para Pedro Fuentes las movilizaciones de los trabajadores tienen que enfrentar las instituciones burguesas. ¿Para que? Para ampliar la democracia y así llegar, algún lejano día, a la ruptura con el capitalismo. Es el típico planteo de todos los reformistas que no luchan para que la clase obrera tome el poder, destruya el estado capitalista y el régimen democrático burgués. Luchan para perfeccionar la democracia burguesa.

* Martin Hernández es miembro de la Liga Internacional de los Trabajadores (LIT-CI)